Rollos de anís de mi abuela

Hoy os traigo una receta muy especial, a parte de que es un dulce  que me encanta, la receta la he elaborado por primera vez la semana pasada y con la libretilla ajada de mi abuela; y es que la semana pasada quería traer una receta de esa libreta, porque era una semana con un día muy marcado y quería hacerle mi pequeño homenaje, pero se me fue complicando la semana y al final os traje el sorbete, así que esta semana no quiero que pase sin compartir con vosotros uno de mis dulces preferidos y recordar…

Rollos de anís

Es cierto que yo no recuerdo estos rollos de la mano de mi abuela, pero cuando mi madre me dijo que eran igualitos a los suyos se me alegro el alma, porque ahora sé que la recordarán cada vez que los prepare.

Rollos de anís

No sé porqué, caprichos del subconsciente imagino, no recuerdo muchas de estas preparaciones que me cuentan que tanto hacía, pero recuerdo otras y otros momentos con pasteles, masas, formados, bandejas de casa a la panadería para hornear y sobre todo ese afán de mi abuela porque no faltara nunca comida, si podía sobrar una tonelada mejor, ¡jaja! a alguien tenía que salir yo, ¿no? Así que me acuerdo de cómo nos mimaba con la comida, preparando siempre lo que nos gustaba a cada uno, teniendo detalles en la cesta de la compra para todos y siempre poniendo «un poquito más, que te quedarás con hambre». Cada persona tiene su manera de demostrar el cariño, la gente como nosotras lo hacemos a través de la comida e intentando que los demás la disfruten al máximo, así que espero que os guste esta receta que os traigo hoy y que os animéis a probarla y a contarme.

Rollos de anís

ROLLOS DE ANÍS DE MI ABUELA

Ingredientes

Las medidas son a la antigua usanza, por partes, pero os pongo también las cantidades que usé yo las dos veces y con las que me salieron alrededor de 30 rollos cada vez.

1 medida de aguardiente (el que tengo en casa pone para repostería, yo de esto no entiendo si vale cualquier orujo, imagino que no, porque un orujo es más fuerte y menos dulce que este anís que se usa para cocinar)

1 medida de aceite de girasol

1 medida de azúcar blanco

2 sobrecitos de cada de gasificante para repostería

harina, la que te pida la masa

más azúcar para espolvorear

(Y aquí acaba la receta en la libreta de mi abuela, ¡¡qué grandes eran estas mujeres!! porque esta receta es sencilla, pero es que con las complicadas hacían igual…)

Mis medidas fueron estas, siempre respetando las proporciones que podéis medir en vasos, tazas o como mejor os convenga, yo lo hice con vaso y luego lo pese para ver si me coincidía (aunque este paso no lo considero necesario en absoluto, lo hice por cuadriculada, jaja)

160 gr de aguardiente

160 gr de aceite de girasol

160 gr de azúcar blanco

2 sobrecitos de cada de gasificante para repostería

550 gr de harina

azúcar para espolvorear

Preparación

Sencillísima y manual, por supuesto.

Precalentar el horno a 200ºC (yo estoy obligada a usar siempre el ventilador, pero abajo será mejor, podéis darle un poquito más hasta 210º si ponéis solo abajo)

En un bol vertemos el anís, el aceite y el azúcar, mezclamos bien y añadimos los sobrecitos blancos de gasificante, removemos bien con espátula de madera, para que se integre todo y para deshacer bien el gasificante.

Vamos añadiendo la harina poco a poco y removiendo entre adición y adición. En la segunda, ya veréis que cada vez se hace más complicado remover con la espátula, os aconsejo dejarla y amasar a mano para ir incorporando bien la harina a la masa. En la última adición de harina, añadir los sobrecitos morados de gasificante (azules, rayados… comos sean los vuestros) y acabar de mezclar bien; se puede pasar la masa a la mesa de trabajo para tener más movilidad.

Cuando estéis amasando esta última cantidad con el gasificante, veréis que al momentito de amasar la masa parece que empieza a cuartearse (no por seca, la masa debe verse brillante y no desmenuzada por exceso de harina), a abrise cuando la dobláis y amasáis… No pasa nada, es el efecto normal del gasificante.

Formar una bola con la masa y preparar las bandejas con papel de hornear. Dividir la masa en porciones más o menos iguales. Yo las pesé porque me ayuda para el horneado ya que a veces las proporciones y yo no nos llevamos muy bien así a ojo, y las hice de entre 30 gr y 40 gr. He de decir que me comentaron que debían ser un poco más pequeños, pero a mi me parecen perfectos, jajaja….

El formado de los rollos. Podéis hacer un churrete con la masa y cerrarlo formando el rollo. Yo os aconsejo el modo en que los hacía mi abuela porque, después de probar las dos maneras, me parece el suyo más eficiente y sencillo. Se coge la masa y se hace una bolita con ella entre las manos; en la mesa de trabajo hacer el hueco del rollo con el dedo y girar el dedo para que la masa gire también e ir agrandando un poquito el agujero. Después, con las yemas de los dedos «desperfeccionarlo», es decir, darle toquecitos suaves con las yemas para que quede con un aspecto más rugoso, pasar a la bandeja. Estos rollos crecen más hacia arriba que a los lados, así que no hace falta separarlos excesivamente entre ellos para meterlos al horno. Espolvorear con azúcar.

Meter en el horno precalentado durante 20 minutos, si en este tiempo no se han dorado podéis dejarlos unos minutos más pero controlando de cerca, porque si los horneáis demasiado quedarán duros.

Sacar del horno y dejar enfriar en rejilla. Se conservan perfectamente en caja metalica, si es que duran más de dos días, cosa que creo que en esta familia no pasará nunca…

Espero que os haya gustado, creo que tal vez haya demasiada explicación, pero si, como yo, nunca los habéis hecho o no habéis hecho este tipo de pastas que vienen sin medidas ni receta, no está de más intentar dejarlo lo más claro posible.

Rollos de anís

Agradezco vuestros comentarios y las críticas (constructivas) o aquello que os parezca interesante comentar, me servirán para mejorar y ofreceros mejores recetas y explicaciones… asi que ya sabes, ese cuadrito de abajo es para escribir libremente y decir qué te parece lo que ves por el blog, ¡muchas gracias!

Dulce de membrillo milagroso

Aquí estamos los membrillos y yo… ¡qué pesadilla con los membrillos! y qué pesadita yo en facebook con los membrillos, jajaja…

Esta es una receta que conozco hace dos años pero se me ha ido pasando el tiempo y los membrillos sin prepararla, pero este año… ¡no! tenía que hacerla ya, sí o sí. Es un dulce o mermelada de membrillo riquísimo, con un sabor diferente del dulce de membrillo tradicional, que por cierto mi abuela hizo durante muchísimos años y no sé si tendré la receta rescatada, habrá que buscarla (pensamientos que se me vienen mientras os escribo). Total, que el otro día en la frutería vi los membrillos y dije «¡a por ellos!». Revisé de paso el membrillo de mi casa (¿se le llama así al árbol que da membrillos?) y ya los que quedaban no daban más de sí, pobrecicos, pero los pájaros se han dado un buen festín con ellos… alguien los ha disfrutado.

La receta es sencilla, pero requiere tiempo, paciencia y atención, mucha atención. Como ya sabréis los devoradores que seguís la página, estos membrillos me han dado algún disgustillo que he pasado con bastante soltura y sin desquiciarme porque al final el dulce está absolutamente delicioso…

Paso a contárosla ya, que me lío sola y esto tiene unos cuantos pasos, de esos que te hacen darte cuenta de las maravillas de la cocina, de lo bueno que es dejar a los ingredientes su tiempo y sus ritmos para compenetrarse a la perfección, de esos que te hacen apreciar un trozo de pan untado tomado al sol…. tenéis que ver el vídeo que os dejo más abajo enlazado con la receta original.

Membrillos macerando

DULCE DE MEMBRILLO MILAGROSO

Ingredientes

Para 1kg de membrillos

750 gr (o menos) de azúcar moreno (yo tenía 1300 gr de membrillos y puse 800 de azúcar)

zumo de 1 naranja grande o dos pequeñas (y sus cáscaras)

zumo de 1 limón (y la cáscara)

1 cerveza negra o trigo tostado (con personalidad, carácter y sabor. Yo usé una Grimbergen Double-Ambrée, cebada y trigo)

1 – 2 ramas de canela

1 anís estrellado (opcional)

Preparación

Lavar, pelar y descorazonar los membrillos. Reservamos en un tupper las pieles y corazones y pepitas en la nevera. En un bol, recipiente con tapa o en la misma cazuela donde los vayamos a cocinar, poner los membrillos troceados, el zumo de naranja y limón y las cáscaras (bien limpias antes de exprimir el zumo) y el azúcar moreno. Lo removemos bien y se deja macerar un mínimo de 12 horas. Yo lo dejé casi 24, ¡aquello era un espectáculo!

Al cabo de las horas de maceración, ponemos la cazuela a fuego vivo hasta que empiece a hervir bien y añadir las peladuras, corazones, la rama de canela y el anís y bajar el fuego; dejar cocinar a fuego lento hasta que se vuelva meloso, oscuro y denso. En este momento subimos el fuego de nuevo y le añadimos la cerveza y dejamos cocinar a fuego vivo. ¡Atentos! es el momento de no abandonar los membrillos ni dos minutos, porque eso puede ser fatal y que te pase como a mí que se me quemó, no tanto como pensé al principio pero mejor que no se nos queme nada, ¿no?

membrillos
Cuando vuelva a retomar su textura densa y oscura ya lo tenemos listo. En este momento tenemos dos opciones, usar la batidora con la que se obtendrá una textura más suave, sin tropezoncillos… o, pasarlo por el pasapuré, yo opté por esta segunda (tengo otra tanda de membrillos que pasará por la batidora para ver el resultado). En ambos casos no deshechamos nada más que la canela y el anís (yo dejé las pieles, algunas acabe quitándolas al final pero podéis quitarlas todas desde el principio, a ojo personal).
Cuando lo tuve bien pasado, vi que me había quedado muy espeso (bastante hicieron los pobres membrillos), así que los puse al fuego suave y les añadí unas cucharadas de agua, integré y listo. Lo metí en los tarros y éstos del revés sobre un paño húmedo hasta que estuvieron bien fríos.

El resultado es un dulce delicioso, con un aroma a cítricos y canela insuperable y también me ha gustado mucho el suave recuerdo del anís… Una delicia sencilla y a disfrutar sin moderación, jeje!

Desayuno membrillo

La receta es del Gipsy Chef y la podéis encontrar aquí, disfrutar leyendo la historia y las preciosas fotos y también podéis ver un dulce y relajante vídeo sobre la misma en su canal de youtube.

ROSQUILLAS de anís

Cuando tienes una obsesión por preparar cosas parecida a la mía, en verdad lo que tienes es un problema o más de uno… El problema está en el tiempo que pasas preparando cosas, los ingredientes, el horno que pasa horas y horas encendido, el resto de cosas que dejas abandonadas y la pobre gente que tiene que comerse las cosas que preparas… porque claro, esto no es cómo hacer manualidades, alguien tiene que acabar con las cosas que vas preparando y no vas a ser tú solita, no no no!!!

Total, que como la semana pasada me había propuesto no encender el horno hasta el fin de semana pues hice rosquillas, que son fritas y bueno… el horno no lo encendí!! jejejje!!!

Rosquillas de anís

Las rosquillas son taaaan fáciles de hacer y taaaan ricas… y aunque aquí no queden os aseguro que en su caja, herméticamente cerradas, se supone que aguantan más de 4 días… o eso he oído! jajaja!! Así que yo imagino que sea la duración de una semanita o incluso puede que más…

Pues bien, la recetita es de una reliquia familiar,  un libro que conozco de toda la vida, el pobre hace lo que puede para aguantar con vida y yo intento mantenerlo con aliento, porque tiene recetas geniales dentro.

Os enseño el libro porque no tiene desperdicio, jeje!! Además por dentro me encanta, tiene cositas como ésta…

Portada qeu se aguanta gracias a un supercelo, jeje!

Portada que se aguanta gracias a un supercelo, jeje!

Pastillages y moldes para helados, grabado francés del s. XVIII

Pastillages y moldes para helados, grabado francés del s. XVIII

El librito está editado en el 82, lo cual me hace pensar: madre mía, tan desvencijada me veré yo que estoy editada dos años antes¿?¿?¿?

Bueno, que me enrollo mucho y me lío sola, a lo que vamos, la recetita, espero que la probéis y me contéis qué tal ha ido, están deliciosas!!

Ingredientes

1 huevo

1 taza de aceite frito (sí, yo también pensé, ein???)

1 taza de azúcar

1 taza, no llena, de aguardiente

una ralladura de limón

cáscara de limón

1 cucharadita de levadura química

Harina (lo mejor es la cantidad de harina que pone en el libro, o sea, ninguna! jajaj!! Yo utilice casi un kilo, pero este es el típico caso de recetas del «tú ya vas viendo» o «lo que te pida la masa», exactas cantidades del mundo de la repostería, jeje)

Rosquillas anís 2

Lo primero que hay que hacer es freir una corteza de limón en una taza de aceite, enseguida notaréis el aroma de la cáscara. Dejáis enfriar este aceite.

Cuando esté frio, vamos al lío: en un bol batimos el huevo y le añadimos el aceite, mezclamos. A continuación añadimos el resto de los ingredientes y batimos hasta conseguir una masa homogénea. Y poco a poco vamos añadiendo la harina y mezclando. Como os he dicho antes yo utilice casi un kg, así que no desesperéis, lleva un ratito mezclarlo todo, jeje! Lo mejor es hacerlo con una cuchara o espátula de madera. La masa debe ser blanda pero se tiene que poder trabajar con las manos. La tocáis y cuando no se pegue a los dedos ahí está!

Con las manos un poco enharinadas, se van formando las rosquillas, uniéndolas bien en los extremos sino se abren. Marcarles bien, una vez cerradas, el agujero pasando el dedo para que agrande un poco. Se frien en aceite abundante y no demasiado caliente, tenéis que buscar un punto medio para que no se tuesten demasiado por fuera y se hagan bien por dentro. Creo que son unos 4 minutos para que estén bien hechas por los dos lados a temperatura media, dato del tipo «a ojo» o «tú ya vas viendo»…  Ah, en el aceite poner una corteza de limón!

Tendremos preparado un plato o fuente honda con azúcar glace y las empaparemos bien para tener el glaseado blanco como el de las fotos. Si lo queréis más ligero, las ponéis en un plato y solo se espolvorean con el azúcar glace en lugar de rebozarlas en él.

Y listas!! Consejo: no las hagáis demasiado finas, no se aprecia la textura de la masa y se secan más pronto. Conservar en lata.

Rosquillas anís 3

Espero que os haya parecido interesante y probéis la recetita y ya si me comentáis que tal ha ido o lo que os ha parecido sería el máximo!!!

Hasta prontitooo!!!